ISABEL SEGUNDA DE INGLATERRA SEDE B
  PARA PADRES DE VERDAD
 
BOLETIN DE CALIFICACIONES PARA PADRES Y MADRES
COMO FORMAR HIJOS TRIUNFADORES





Esta caricatura fue la ganadora en un congreso sobre educación
y vida sostenible celebrado en Sao Paulo.

"Todo mundo piensa en dejar un planeta mejor para nuestros hijos...
Cuando lo que debería pensar es en dejar Mejores Hijos para el Planeta."

Necesitamos comenzar YA!
Un hijo aprende del respeto y la honra dentro de casa,
donde recibe el ejemplo de su familia,
así aprende a vivir en su país, a convivir en sociedad
y se vuelve un adulto comprometido en todos los aspectos,
inclusive en respetar el planeta donde vive.

 

"No se puede defender lo que no se ama y, no se puede amar lo que no se conoce".

Cuando hayas  cortado el último árbol, contaminado el último río y pescado el último pez, te darás cuenta que el dinero no se puede comer.

La tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos.

Cuidémosla!!!!

LOS HIJOS DE HOY NI MAS NI MENOS...HAY QUE SACUDIRNOS!!!!
PARA QUE NOS VEAMOS EN ESTE ESPEJO Y SEPAMOS CUANTA RESPONSABILIDAD TENEMOS
Nos quedamos sorprendidos, cuando se da cuenta en periódicos o radio, que el sicario no superaba los 18 años. Cuando los cuerpos de los 3 o 4 ejecutados, correspondían a adolescentes de hasta 14 años de edad.

Frente a lo anterior, el siquiatra dominicano César Mella, hizo publicar el siguiente trabajo, que creo que a todos los que somos padres, o seremos abuelos algún día, nos debe interesar; el texto que me llegó suscrito por el doctor Mella, es el siguiente:
Yo me preguntaría y plantaría la siguiente pregunta: ¿cómo eduqué o estoy educando a mis hijos? ¿Qué valores inculco o inculqué a mis hijos?
A los jóvenes de este siglo hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela y, digo llevarlos porque no tienen que tomar el camión o caminar larguísimas distancias para llegar a ella.

Se levantan generalmente irritados porque se acuestan muy tarde, viendo televisión por cable, jugando playstation, hablando o enviando mensajes por teléfono o chateando por la Internet.
No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos en poner un dedo en nada que tenga que ver con arreglar algo en el hogar.
Tienen los juegos y equipos digitales más modernos del mercado, Ipod, blackberry y computadora no pueden faltar, como tampoco el pago por su actualización. Hoy los hijos, muchas veces sin merecerlo, presumen el celular más novedoso. El nextel más costoso. La Lap más equipada. Nada les costó. Si se descomponen, para eso estamos, no faltaba más, hay que pagar la reparación, a la brevedad y sin chistar.
Idolatran amigos y a falsos personajes de realitys de mtv. ¡Ah! pero viven encontrándole defectos a los padres, a quienes acusan a diario de que sus ideas y métodos están pasados de moda.
Se cierran automáticamente a quien les hable de moral, honor y  buenas costumbres, y mucho menos de religión. Lo consideran aburrido. Ya saben todo y, lo que no ¡Lo consultan en internet!

Nos asombramos, porque los sicarios cobran cuotas sin trabajar por ellas, cuando a nuestros hijos los acostumbramos a darles todo incluso su cuota semanal o mensual sin que verdaderamente trabajen por ella, y todavía se quejan a porque eso no me alcanza.
Si son estudiantes, siempre inventan trabajos de equipo o paseos de campo, que lo menos que uno sospecha, es que regresarán con un embarazo, habiendo probado éxtasis, coca,  marihuana o cuando mínimo alcoholizados.

Y cuando les exiges lo más mínimo en el hogar o en la escuela, lejos de ser agradecidos te contestan, con desfachatez: yo no pedí nacer, es tu obligación mantenerme o quien les manda andar de calientes.
Definitivamente estamos jodidos, pues la tasa de que hagan su vida independiente se aleja cada vez más, pues aún graduados y con trabajo, hay que seguirlos manteniendo, pagándoles deudas, servicios y hasta los partos de sus hijos.

Con lo anterior, me refiero a un estudio que indica que este problema es mayor en chicos de la sociedad de clase media o media alta (o de capas medias urbanas) que bien pudieran estar entre los 14 y los 28 años, si es correcto 28 años o más ¿lo pueden creer? y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen un verdadero dolor de cabeza.
¿Entonces en qué estamos fallando?

Yo sé, dirán que los tiempos y las oportunidades son diferentes, pues para los nacidos en los años cuarenta y cincuenta, el orgullo reiterado era levantarse de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que tenían que ayudar a limpiar la casa; no se frustraban por no tener vehículo, andaban a pie a donde fuera, siempre lustraban sus zapatos, los estudiantes no se avergonzaban de no tener trabajos gerenciales o ejecutivos, aceptaban trabajos como limpiabotas y repartidores de diarios.
Lo que le pasó a nuestras generaciones, es que elaboramos una famosa frase que no dio resultado y mandó todo al diablo:
¡Yo no quiero que mis hijos pasen, los trabajos y carencias que yo pasé!

Nuestros hijos no conocen la verdadera escasez, el hambre. Se criaron en la cultura del desperdicio: agua, comida, luz, ropa, dinero.
Muchos de los nuestros hijos, a los 10 años ya habían ido a Disneyworld mínimo dos veces, cuando nosotros a los 20 si bien nos iba conocíamos la Ciudad de México, con su hoy vetusto y atiborrado Metro.
El dame y el cómprame, siempre fue generosamente complacido convirtiendo a nuestros hijos en habitantes de una pensión, con sirviente (a) y todo incluido, que después intentamos que funcionara como hogar.
Es alarmante el índice de divorcios que se está generando, van a la conquista de su pareja y vuelven al hogar, sólo unos meses más tarde, divorciados porque la cosa no funcionó; ninguno de los dos quiere servir al otro en su nueva vida. Como nunca batallaron en la pensión con sirviente incluido, en la que se les convirtió el hogar paterno, a las primeras carencias en el propio, avientan el paquete y regresan a la casa para que la mamá y el papá continúen resolviéndoles la vida.
Este mensaje es para los que tienen hijos y que pueden todavía moldearlos, edúquenlos con principios y responsabilidades. háganles el hábito del ser agradecidos.
Háganles el hábito de saber ganarse el dinero con honestidad, la comida, la ropa, el costo de la estancia en la casa en la cual no aportan para el pago de servicios. Háganles saber lo que cuesta cada plato de comida, cada recibo de luz, agua, renta. Háganles sentir en su casa, cómo se comportarían ustedes en casa ajena cuando van de visita.
Por ese domingo o cuota semanal o mensual, edúquenlos en la cultura de la correspondencia y el agradecimiento. Que los sábados o domingos laven el carro, ayuden a limpiar la casa, NO SU CUARTO, esa debe ser obligación de siempre sin pago de por medio. Háganles la costumbre de limpiar sus zapatos, de que paguen simbólicamente, por todo lo que gratuitamente reciben, implántenles la ideología de ameritar una especie de beca escolar que ustedes pagan, y  por la que ellos no pagan ni un centavo, eso puede generar una relación en sus mentes trabajo=bienestar.
Que entiendan que asistir a la escuela, es un compromiso con la vida, que no es ningún mérito asistir a ella. De la responsabilidad con que cumplan ese compromiso, dependerá su calidad de vida futura.
Todos los niños deben desde temprano aprender a lavar, planchar y cocinar, para que entiendan la economía doméstica en tiempos que podrían ser más difíciles.
Cuida lo que ven y ves con ellos en la televisión, y evita caer en el vicio social llamado telenovelas, los videojuegos violentos, la moda excesiva y toda la electrónica de la comunicación, que han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó. Cuando ocupes corregirlos, aconséjalos, platica con ellos, no los ofendas, no los reprendas en público. Si lo haces, nunca lo olvidarán. Nunca te lo perdonarán.
Estamos comprometidos a revisar los resultados, si fuimos muy permisivos, o sencillamente hemos trabajado tanto, que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las empleadas domésticas y en un medio ambiente cada vez más deformante.
Ojalá que este mensaje llegue a los que tienen la oportunidad de cambiar o hacer algo al respecto. Ya los abuelos pagaron. Nosotros estamos pagando con sangre la transición.
Que cada quien tome lo que la corresponda. Que haga lo que pueda y quiera. Recuerda que para que triunfe el mal, solo se necesita que la gente buena lo permita...
 
CUANDO CREIAS QUE NO TE ESTABA MIRANDO

Un mensaje que todo padre, tío, abuelo, etc. y adulto debe leer recordando que los niños están atentos a lo que hacemos y a lo que decimos.
Carta de un niño:
“...CUANDO CREÍAS QUE YO NO   ESTABA MIRANDO...”
Cuando creías que yo no te estaba mirando....
...te vi colgar mi primer dibujo en la nevera y corrí a hacer otro...
Cuando creías que yo no te estaba mirando... ...te vi poner alimento en la tacita del gato y aprendí que es bueno cuidar a los animales...
Cuando creías que yo no te estaba mirando... ...vi lágrimas salir de tus ojos y aprendí que algunas veces las cosas duelen, pero que está bien llorar...
Cuando creías que yo no te estaba mirando... ...te vi hacer mi postre favorito y aprendí que las cosas pequeñas son las que hacen la vida especial....
Cuando creías que yo no te estaba mirando... ...te escuché hacer una oración y supe que hay un Dios al que siempre puedo acudir y aprendí a confiar en El
Cuando creías que yo no estaba mirando... ...te sentí darme el beso de las buenas noches y me sentí amado y protegido...
Cuando creías que no te estaba mirando... ...te vi dar de tu tiempo y tu dinero para ayudar a gente que no tenía nada y aprendí que los que tienen deben
ayudar a los que no tienen.
Cuando creías que no te estaba mirando...te vi cuidar nuestra casa y a nosotros y aprendí que debemos cuidar de lo que nos ha sido dado.
Cuando creías que no te estaba mirando... ...aprendí de ti las lecciones de la vida que necesitaba :
…como ser una persona buena y productiva...
…como decir “mucho” con tan sólo una sonrisa…
...te miré y quise decirte…
“GRACIAS POR TODAS LAS COSAS QUE VI
CUANDO CREÍAS QUE YO NO TE ESTABA MIRANDO”.
No nos olvidemos…
TODOS NOSOTROS:
PADRES, ABUELOS, HERMANOS, TIOS, DOCENTES, AMIGOS…etc.
INFLUIMOS EN LA VIDA DE LOS NIÑOS QUE TENEMOS A NUESTRO ALREDEDOR
 
¡DESPIERTA! PAPA ¡DESPIERTA!
 
 Parece que los padres estamos fallando en el proceso de separación,  individualidad y ayuda a los hijos a crear su propia independencia.
A eso se le podría llamar COMPLEJO DE PAPA GALLINA.
 
Es curioso, lo que pasa es que confundimos lo que es el amor y nos dedicamos a hacer felices a nuestros hijos, a cumplirles sus caprichos, a resolverles la vida y no pensamos en prepararlos para una vida dura, así que nuestros hijos nunca aprenderán a ganarse la vida y a ser autosuficientes.
A eso se le llama hacerlos DEPENDIENTES E INUTILES.
 
Cada día los hijos pretextan su ayuda en las labores del hogar alegando que su única responsabilidad es el estudio, pero lo demás depende totalmente de sus padres. A eso se le llama ser MANTENIDO.
 
En aras de una felicidad mal entendida queremos llenarlos de cosas materiales, se les compra la mejor ropa o los tenis mas caros, estudian en escuelas particulares, dinero para las discotecas, dinero para sus gastos, un carro si es posible, sin mencionar otros “compromisos económicos que ellos hacen”; los cuales no se ganan y lo  más grave ellos piensan que es tu obligación. A eso se le llama ALCAHUETERIA.
 
Te sacrificas en todos los sentidos para que tus hijos tengan lo mejor y nunca les quedas bien y lo que recibes por parte de ellos es: EXIGENCIAS Y EGOISMO.
 
Les hemos dado tanto, que se creen merecedores de todo. No te piden… TE EXIGEN.
 
Les hemos dado tanta atención que se sienten el centro del universo, cargados de egoísmo creen que el mundo debe de girar a su alrededor  y que lo único valioso, importante y primordial: son ellos.
 
No les hacemos conciencia de su papel como individuos responsables.
Si yo como padre cumplo con el compromiso de cubrir sus necesidades personales, de salud y escolares….
 
Ellos tienen que cumplir con el compromiso de sacar buenas calificaciones y  colaborar en el hogar.
 
¿Qué está pasando con las nuevas generaciones?
 
 Si miramos un poco hacia atrás y revisamos los años lejanos o cercanos a nuestra juventud, todo era muy diferente.
 
No tenías teléfono celular… y no pasaba nada. No tenías computadora… y te fletabas a mano.
 
Te conformabas con la ropa que te podían comprar y no por eso  te sentías diferente ni descalificado por no usar la marca X ó Z.
 
Si te llamaban la atención, te negaban un permiso o te daban un coscorrón, de ninguna manera le faltabas el respeto a tu papá, ni mucho
menos lo amenazabas.
 
 
Si te ibas a una tardeada, fiesta o reunión, te comprometías a regresar a  una hora determinada, que tenías que cumplir te gustara o no, de lo contrario no había permiso para la siguiente.
 
Y eso no era motivo para emitir gritos, zapatazos  y azotones de puerta, chantajes o tener durante una semana sonrisas fingidas o caras molestas.
 
 En ese tiempo existía un valor muy importante que nos enseñaron desde pequeños, se llamaba: RESPETO.
 
Ahora no se conoce, no existe, no sabemos en que lugar estará o detrás de que mueble lo escondimos para que nuestros hijos no lo encuentren y mucho menos lo practiquen.
 
Había valores que eran preponderantes: uno era el orden, el otro la disciplina y otro la obediencia.
 
Hoy en día, algunos padres no ayudan a la tarea, si no que la hacen completa, y habiendo tanto libro e información a la mano, además te la buscan, lo único que les falta es ir a presentar el examen en el salón de clase.
 
 
Y todo este circo para que el chico no haga berrinche y no sufra una deshidratación a causa de sus lágrimas y lo más triste …..
para mantener la paz social en el hogar”, donde la solvencia y la autoridad de los padres hace mucho tiempo no existen.  
 
Y qué decimos del hogar, donde para evitar conflictos y discusiones,
como ya no funciona aquel estribillo de: Jorgito a la una, Jorgito a las 2, Jorgito a las dos y cuarto como si fuéramos reloj.    
O el clásico "voy a contar hasta diez“ va una, van dos...  
 
Nos convertimos en el cómplice de nuestros hijos.
 
Eso sí, con la boca callada para no caerles gordos con tanta habladera y no les permitimos a nuestros niños que se desgasten ni siquiera recogiendo sus propios tiraderos.
 
Total para qué (pensamos), ellos por qué, si no tienen culpa alguna de mis problemas, ellos no pidieron nacer.
 
En aquellos tiempos no te sobreprotegían, ni te solucionaban los problemas,  tenías libertad hasta para cometer errores, lo cual te llevó a desarrollar un sentido de responsabilidad y de identidad.
Eso se llama CRECER.
 
Dentro de este proceso de crecimiento no estaban exentos un coscorrón, un cinturonazo o una  que otra nalgada bien puesta, mismas que a nadie le ocasionó ningún trauma, por tratar de que obedecieras,
 
En aquellos tiempos la voz de tu padre se escuchaba con respeto, las órdenes de mamá se acataban sin protestar y los consejos de ellos  no eran catalogados como cantaletas, rollos o monsergas. 
 
Ni le decías a tu papá "ya cállate“ o el famoso “si, hombre, si”
 
En aquellos tiempos los padres ponían los límites, las reglas y las condiciones y no tenían miedo de que el hijo o la hija les dijeran:
es que aquí no me comprenden, la onda es diferente, no me dejan ser, tu no te metas, tu de que hablas, tu eres peor, o el típico "me voy de la casa
 
¿Pues adonde te ibas a ir que te trataran mejor que en tu casa?
 
En aquellos tiempos los padres no tenían miedo de llamarte la atención y "que te enojaras".
 
Total que tenías dos costos enojarte y volverte a contentar.
 
En aquellos tiempos si no querías comer, te quedabas con hambre, porque no  te daban dinero para comprar porquerías en la tienda de la esquina. Además para qué, si la mamá se levantaba temprano a prepararte el desayuno o tu lunch.    
  
En aquellos tiempos tus padres no justificaban tus malas calificaciones, ni tu mal comportamiento en la escuela, ni la falta de respeto a los maestros, ni tu falta de colaboración y apoyo en tu casa.   
  
En aquellos tiempos el padre decía no. Y no, quería decir NO.
 
En aquellos tiempos la figura paterna era muy diferente a la actual, en aquellos tiempos el amor, el respeto y la consideración…
 
No daban cabida a los actuales calificativos: Mi papá está loco, ya está chocho, es un egoísta, está neurótico, es un frustrado, y quien sabe cuántos calificativos más.
 
Mismos que me causan una gran pena, no sé si  por quien los emite o por quien los recibe.
 
¿Que vamos a hacer con los hijos de hoy?:
Egoístas, aprovechados, dependientes, irresponsables, irrespetuosos, groseros, estafadores económicos y emocionales.
 
Si no les das dinero, inventan y te lo sacan o si pueden te lo roban, o de plano se enojan. Si no les das permiso de salir, se enojan o les vale un
 verdadero sorbete y se salen.
Si los reprendes te responden y no te escuchan, Si tratas de buscarlos, te apagan el celular. Si sacan malas calificaciones, no les importa,  total su papá es el que paga.
 
Enséñales a ganar su propio dinero con honestidad, para que sepan lo que cuesta administrarlo y disfrutarlo.
   
Enséñales a valorar la oportunidad del estudio, no todas las personas tienen el privilegio de prepararse, tener una profesión y formar un plan de vida equilibrado. 
  
Enséñales a respetar a sus semejantes para que cuando tengan su pareja la sepan cultivar y procurar.
 
La igualdad entre hombres y mujeres no es faltarse al respeto, ni tener jerarquías ventajosas. 
 
Enséñales a formar su escala de valores que los harán seres humanos de bien, útiles a su familia y a la sociedad.
 
Hazles conciencia que los valores no han pasado de moda ni son piezas de museo.
 
Enséñales a quererse a sí mismos para que cuando tengan sus hijos, los amen y eduquen.
 
Para que tengan credibilidad en la relación de pareja.
 
Piensa … ¿Qué vas a querer a cambio de un abrazo?
 
DESPiERTA PAPÁ DESPiERTA.
 
Vamos a ponernos las pilas, hagamos de nuestra escala de valores un estandarte, para que nuestros hijos aprenden lo que es el respeto, el compromiso, la  honestidad, la humildad, la cortesía, la prudencia, la generosidad, el agradecimiento; y
la nobleza de corazón…
 
Que los hará unos seres humanos de excelencia
 
DESPUES DE TODO NO ES TAN DIFICIL PRUEBA Y VERAS
 
 

 
 
PLEGARIA DE LOS HIJOS
   Queridos padres

Deseo dialogar con ustedes, compartir las tristezas y alegrías de nuestro hogar. Ayúdenme a tenerles confianza y comunicarles mis problemas, pues sus consejos y soluciones me ayudarán a ser feliz.
 Se que en todos los hogares hay problemas, pero éstos se pueden arreglar con el diálogo, el cariño y la comprensión.
 No me den todo lo que pida, a veces yo sólo pido parta ver hasta cuánto puedo obtener.
 No me den siempre órdenes; si en vez de órdenes me piden las cosas, yo las haría más rápido y con más gusto.
 Cumplan las promesas buenas o malas, si me prometen un premio dénmelo, pero también si es un castigo.
 No me comparen con nadie especialmente con mis hermanos o hermanas,; si me hacen lucir peor que los demás entonces seré yo quien sufra.
 ¡Por favor! No me menosprecien ni me pongan en ridículo. No digan mentiras delante de mí, ni me pidan que las diga por ustedes aunque sea por sacarlos de un apuro. Me hacen sentir mal y perderé la fe en lo que me dicen. Cuando haga algo malo no me exijan el “porque” lo hice. A veces ni yo mismo lo se.
 Cuando estén equivocados en algo, admítanlo y crecerá la opinión que tengo de ustedes y me enseñarán a admitir mis equivocaciones también.
 No me digan que haga unas cosas si ustedes no lo hacen, yo siempre aprenderé y haré lo que ustedes hagan aunque no lo digan, pero nunca lo que ustedes dicen y no hacen.
 Enséñenme a conocer a Dios; pero de nada vale si yo veo que ustedes no lo hacen ni lo aman.
 Cuando les cuente mis problemas no me digan “no tengo tiempo para boberías” a “eso no tiene importancia”. Traten de comprenderme y ayúdenme, quiéranme y díganmelo. Me gusta oírselo decir aunque no crean necesario decírmelo.

TODO NIÑO TIENE DERECHO A:

1- Orar al Dios verdadero 
2- Elegir buenos amigos
3- Aprender la Palabra de Dios
4- Acercarse a Jesús
5- Recibir el consejo de sus padres
6- La vida abundante
7- La protección
8-Al amor
9- La verdadera paz
10-Elegir lo bueno
11-Disfrutar de la creación
12-Alabar al Señor
Dios te ama muchísimo y desea que seas muy feliz. la palabra de Dios nos muestra cuan profundo amor siente Dios por los niños y cuanto le agrada que estés cerca de Él.


REGLAS DE BILL GATES

En Yale University, hace dos años, Bill Gates dio una conferencia dirigida a estudiantes y padres de familia (padres sobre protectores con unos hijos muy consentidos que sienten que todo lo merecen), en la cual expuso 11 reglas que aunque duras son necesarias en la vida real.
 La charla de Gates se resumiría en las siguientes ONCE DURAS REGLAS:
 Regla Uno
La vida es dura
Acostúmbrate a ella
 Regla Dos
Al mundo no le importa tu autoestima.
El mundo espera que logres algo, independientemente de que
te sientas bien o no contigo mismo.
 Regla Tres
No ganarás US $5.000 mensuales justo después de haber salido de la universidad y no serás un vicepresidente hasta que con tu esfuerzo te hayas ganado ambos logros.
 Regla Cuatro
Si piensas que tu profesor es duro, espera a que tengas un jefe.
Ese sí que no tendrá vocación de enseñanza ni la paciencia requerida.
 Regla Cinco
Dedicarse a voltear hamburguesas no te quita dignidad.
Tus abuelos tenían una palabra diferente para describirlo,
le llamaban: Oportunidad.
 Regla Seis
Si metes la pata.
No es culpa de tus padres.
Así que no lloriquees por tus errores;
aprende de ellos.
 Regla Siete
Antes de que nacieras, tus padres no eran tan aburridos como son ahora. Ellos empezaron a serlo
al pagar tus cuentas, limpiar tu ropa y escucharte
hablar acerca de la nueva onda en la que estas.
Así que antes de emprender tu lucha por las selvas vírgenes contaminadas por la generación de tus padres, inicia el camino limpiando las cosas de tu propia vida, empezando por tu habitación.
 Regla Ocho
En la escuela puede haberse eliminado la diferencia entre ganadores y perdedores, pero en la vida real no. En las escuelas ya no se pierden años lectivos,
te dan las oportunidades que necesitas para
encontrar la respuesta correcta en tus exámenes y
para que tus tareas sean cada vez más fáciles.
Esto no tiene ninguna semejanza con la vida real.
 Regla Nueve
La vida no se divide en semestres.
No tendrás vacaciones de verano largas
en lugares lejanos
y muy pocos jefes se interesarán en ayudarte
a que te encuentres a ti mismo.
Todo esto tendrás que hacerlo en tu tiempo libre.
 Regla Diez
La televisión no es la vida diaria.
En la vida cotidiana,
la gente de verdad tiene que salir del café
de la película para irse a trabajar.
 Regla Once
Sé amable con los "NERDS"
(los más aplicados de tu clase).
Existen muchas probabilidades de
que termines trabajando para uno de ellos.
 
 
Si bien es cierto que son reglas duras,
vale la pena compartirlas,
porque son sacadas de la vida real
y de la experiencia de uno de los hombres
más exitosos de la historia empresarial
del mundo.
LA NUEVA GENERACION DE PADRES DE FAMILIA
 
Somos de las primeras generaciones de padres decididos a no repetir con los hijos los mismos errores que pudieron haber cometido nuestros progenitores.
 
Y en el esfuerzo de abolir los abusos del pasado, ahora somos los más dedicados y comprensivos, pero a la vez los más débiles e inseguros que ha dado la historia.
 
Lo grave es que estamos lidiando con unos niños más "igualados", beligerantes y poderosos que nunca existieron.
 
Parece que en nuestro intento por ser los padres que quisimos tener, pasamos de un extremo al otro. Así que, somos los últimos hijos regañados por los padres y los primeros padres regañados por nuestros hijos.
Los últimos que le tuvimos miedo a nuestros padres y los primeros que tememos a nuestros hijos. Los últimos que crecimos bajo el mando de los padres y los primeros que vivimos bajo el yugo de los hijos.
 
Lo que es peor, los últimos que respetamos a nuestros padres, y los primeros que aceptamos que nuestros hijos no nos respeten.
 
En la medida que el permisivismo reemplazó al autoritarismo, los términos de las relaciones familiares han cambiado en forma radical, para bien y para mal.
 
En efecto, antes se consideraban buenos padres a aquellos cuyos hijos se comportaban bien, obedecían sus órdenes y los trataban con el debido respeto. Y buenos hijos a los niños que eran formales y veneraban a sus padres.
Pero en la medida en que las fronteras jerárquicas entre nosotros y nuestros hijos se han ido desvaneciendo, hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los amen, aunque poco los respeten.
 
Y son los hijos quienes ahora esperan el respeto de sus padres, entendiendo por tal que les respeten sus ideas, sus gustos, sus apetencias, sus formas de actuar y de vivir. Y que además les patrocinen lo que necesitan para tal fin.
 
Como quien dice, los roles se invirtieron, y ahora son los papás quienes tienen que complacer a sus hijos para ganárselos, y no a la inversa, como en el pasado.
Esto explica el esfuerzo que hoy hacen tantos papás y mamás por ser los mejores amigos de sus hijos y parecerles "muy cool" a sus hijos.
 
Se ha dicho que los extremos se tocan, y si el autoritarismo del pasado llenó a los hijos de temor hacia sus padres, la debilidad del presente los llena de miedo y menosprecio al vernos tan débiles y perdidos como ellos.
 
Los hijos necesitan percibir que durante la niñez estamos a la cabeza de sus vidas como líderes capaces de sujetarlos cuando no se pueden contener y de guiarlos mientras no saben para dónde van.
 
Si bien el autoritarismo aplasta, el permisivismo ahoga.
 
Sólo una actitud firme y respetuosa les permitirá confiar en nuestra idoneidad para gobernar sus vidas mientras sean menores, porque vamos adelante liderándolos y no atrás cargándolos y rendidos a su voluntad.
Es así como evitaremos que las nuevas generaciones se ahoguen en el descontrol y hastío en el que se está hundiendo la sociedad que parece ir a la deriva, sin parámetros, ni destino.
¿Como la ves?
 
¿Te quedó el saco?
 
QUIERO VOLVER A CONFIAR

 Fui criado con principios morales comunes: Cuando era niño, madres, padres, profesores, abuelos, tíos, vecinos,  eran autoridades dignas de respeto y consideración.
Cuanto más próximos o más viejos, más afecto nos dieron .Era inimaginable responder mal educadamente a los más ancianos,  a maestros o autoridades…HABIA RESPETO
Confiábamos en los adultos porque todos eran padres , madres o familiares de todos los chicos de la cuadra, del barrio, de la ciudad…
Teníamos miedo apenas de lo oscuro, de los sapos, ratones, o películas de terror… Hoy tengo una tristeza infinita
por todo lo que hemos perdido.
Por todo lo que mis nietos un día temerán. Por el miedo en la mirada de los niños, jóvenes, viejos y adultos.
Derechos humanos para criminales.. ?  deberes ilimitados para ciudadanos honestos… ? Pagar las deudas es ser tonto..?  amnistía para los estafadores…
Los honestos son pendejos..? No tomar ventaja es ser necio.. ?
¿Qué pasó con nosotros..? Profesores maltratados en las aulas,  comerciantes amenazados por traficantes, rejas en nuestras ventanas y puertas.
Cada uno encerrado en su mundo.
 ¿QUE VALORES SON ESTOS?
Autos que valen más que abrazos, hijos queriendo regalos por pasar de curso. Celulares en las mochilas de los recien salidos de los  pañales.
¿Qué vas a querer a cambio de un abrazo? Más vale un Armani que un diploma. Más vale una pantalla gigante que una conversación. Más vale un caro maquillaje que un helado. Más vale parecer que ser…
 ¿CUANDO FUE QUE TODO ESTO DESAPARECIO O SE HIZO RIDICULO?
Quiero sacar las rejas de mi ventana para tocar las flores!!  Quiero sentarme en la vereda y tener la puerta abierta en las noches de verano.
Quiero la honestidad como motivo de orgullo. Quiero la rectitud de carácter, la cara limpia y la mirada a los ojos. Quiero la verguenza, y la solidaridad.
Quiero la esperanza, la alegría, L a confianza, la fe…  Quiero callarle la boca a quien dice:  “ a nível de”, al hablar de una persona.
Abajo el  “TENER” Viva el “SER”! Y viva el retorno de la verdadera vida, simple como la lluvia, limpia como un cielo de abril, leve como la brisa de la mañana.
Y definitivamente gente común, como yo. Adoro mi mundo simple y común. Tener el amor, la caridad, la solidaridad como base. La indignación delante de la falta de ética, de moral, de respeto...
Vamos a volver a ser “gente” Construir un mundo mejor, más justo, donde las personas respeten a las personas.
¿Utopía? No...? ...si? ¿Quién sabe?... Hagamos el intento…
 
PARA QUE APRENDAN!
La generación de los setenta, aproximadamente, dio un vuelco a la educación y prohibió a los padres castigar a sus hijos so pena de ir a la cárcel o lo que sería peor, perder a sus hijos. De ello tenemos gran culpa nosotros los psicólogos. Sin embargo, aun estamos a tiempo de mirar por el retrovisor y recomponer una educación que se ha convertido en permisiva y tolerante.

Un palazo a tiempo te podría evitar muchos sinsabores!!!
  HIJOS SIN LÍMITES 
Una Mujer de 55 años visitaba a su hijo de 23 en la cárcel. El estaba ahí por homicidio culposo ya que había atropellado a un niño al entrar a alta velocidad en una calle en sentido contrario tratando de escapar de una patrulla que lo perseguía por haberse pasado un alto.
  Entro al penal completamente destrozado de los huesos y en silla de ruedas ya que,  el Padre de la criatura muerta se le fue a golpes,  y el Policía - que ya estaba justo detrás - se hizo de la vista gorda y no lo detuvo hasta que casi lo mata...
 El hijo le decía a la Madre:  
  - Sabes Mamá, yo no soy un asesino premeditado ni un maldito desalmado, solo que ya concluí que estoy aquí porque APRENDÍ Y ME ACOSTUMBRÉ a romper reglas y a no cumplirlas jamás sin ningún límite
  - Ay hijo!!!, es que de chiquito te ponías taaaan difícil, cada vez que yo te daba una orden o una instrucción, me desafiabas y  hacías unos berrinches tales que yo no lo soportaba y te dejaba hacer y deshacer con tal de evitarme conflictos y de que estuvieras calladito y complacido para que tu Papa no me dijera: calla a ese niño !!!.
 Desde que tenías 3 o 4 años, cuando yo te decía:
  1) Cómete tus verduras para que crezcas sano y fuerte, me decías:  Yo no quiero ser sano ni fuerte, no me importa, ¡déjame en paz!
  2) Recoge tu cuarto: No voy a recoger nada, así estoy contento, ¡si quieres recógelo tú!
  3) No destruyas las cosas, cuídalas:  No me importa yo quiero jugar así, y si no me compras cosas nuevas gritaré y lloraré hasta que me las compres.
  4) En esta casa se hace lo que yo digo: No Mamá, no lo haré ¡YA NO TE QUIERO y si me hablas así, me voy a ir a otra casa!
 Y así siguió la lista interminable de instrucciones y respuestas a lo largo de la vida de este hijo REBELDE y padres PASIVOS. FLOJOS Y BLANDENGUES...
Hasta que el hijo interrumpió a la madre GRITÁNDOLE..
¡¡basta ya mama!! : solo dime ¿cómo fue que siendo un adulto le creíste y obedeciste  a un niño taaaan chiquito...??
 Hoy a mis 23 años estoy destrozado, infeliz y sin futuro, de nada sirvió que estudiara o que no hayamos sido pobres, le quité la vida a una criatura y de paso les arruiné el resto de la vida a ti y a mi padre!!! la vida en la cárcel es una miseria...
Pregunta:
 Si tu hijo  estuviera a punto de caer en un precipicio y tu lo estuvieras sosteniendo de la mano:  ¿¿¿lo apretarías con todas tus fuerzas o le detendrías la mano suavecito para que no le duela???
 Lo mismo pasa con los valores, la disciplina y las reglas,  sé responsable y apriétalo fuerte y lo salvaras del precipicio de la vida en sociedad, porque nadie a quien él dañe con su indisciplina va a tener compasión de el.  si tú, que le diste la vida y lo amas,  no soportas sus berrinches,  ¿¿¿qué te hace pensar que los demás lo harán...???
 Un grito a tiempo, unas nalgadas, un castigo bien impuesto, sin afán de maltratarlos o herirlos sino por "su bien",  tal vez deje una pequeña huella pero los hará sentir seguros y bien claros sobre la diferencia entre el bien y el mal. y a la larga,  sabrán que si los cuidas y los educas bien es porque los amas y no porque te importa más tu comodidad y tu tiempo libre.
 Evítales la infelicidad de la disciplina impuesta por la sociedad y/o  la ley o hasta la muerte a manos de otros o el suicidio por la culpa de sus propias faltas....
 
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